Cap. 17 - Los pilares de un equipo
Leonardo Da Vinci dijo: "La simplicidad es la máxima sofisticación". Esta frase me llevó a agrupar conceptos, para tratar de tener un mayor conocimiento y control, en el día a día de un equipo.
Pausa de Navidad. Llevamos desde agosto entrenando y compitiendo sin parar, y muchos ya nos encontramos en el ecuador de la temporada, con la primera vuelta disputada. Es un buen momento para analizar a nuestros equipos, y buscar un punto medio entre mirar atrás y hacia adelante. En este punto, tenemos mucha información. Solemos saber en qué falla nuestro equipo, y tenemos algunas ideas para mejorarlo a partir de enero.
En mi artículo de hoy, pretendo recopilar toda esta información, y clasificarla en diferentes pilares. De esta forma, podremos analizar continuamente a nuestro equipo, y ver en qué falla. Como siempre, se trata de un artículo de opinión, basado en mi propia experiencia como entrenador, y la constante interacción con colegas entrenadores de mi alrededor, a los que agradezco el tiempo que pierden respondiendo a mis porqués.
1 - Supervivencia. Aunque intentamos creer que sí, no estamos en el primer mundo. Estamos un escalón por debajo, al menos en España. Hay goteras, entrenos en pistas al aire libre, balones que llevan botando mas de 3 temporadas, y redes atadas a cinta americana desde hace incluso alguna más. Se exige profesionalidad al entrenador, pero no se le suele dotar de herramientas para que lo sea.
2 - Precariedad. Hay dos frases que no soporto: “Si los clubes tuvieran que hacer un contrato laboral a cada entrenador, muchos desaparecerían” y “Hace 20 años no había ningún entrenador de base que viera ni un euro/peseta”. Dicho esto, si los clubes no tienen dinero, alguien lo tiene que poner. Quien dedica una parte de su tiempo a la formación de personas y atletas, tiene que tener algo más de recompensa que unas palmaditas al hombro, y una cena de navidad pagada (ahora ya ni eso. Gracias Covid).
3 - Incompatibilidad. Hablando con un entrenador de 24 años, me dijo: “Voy a apostarlo todo al baloncesto ahora, porque dentro de unos años ya no podré”. Y tiene toda la razón, por desgracia. Me faltan manos para contar los buenos entrenadores que tuve como jugador, que ya no entrenan porque han tenido hij@s, o han ascendido de rango en su empresa. 8 horas en el trabajo, 8 horas para dormir, más cuidar de la familia… Imposible sacar tiempo y sobretodo energía para gestionar un equipo.
4 - Presión. Ya puede ser por el entorno, o presión impuesta por el propio entrenador@. En todo caso, siempre hay una tensión competitiva que provoca mucho desgaste al entrenador. Un entrenador@ profesional, tiene que aprender a convivir con ella. Un entrenador@ amateur también, pero sin contrato ni prácticamente sueldo, yendo a trabajar horas después, de algo completamente opuesto. Es complicado estar dando clase a unos niñ@s de Primaria, pensando que te juegas entrar en unas fases de Preferente el día siguiente. Es complicado dar clase a unos niños de Primaria habiéndolas perdido, en pleno proceso de control de la frustración.
5 - Incertidumbre. Nuestros jugadores tampoco suelen ser profesionales. Trabajan, estudian, tienen vida social, y nada les ata a nuestras entidades ni a nosotros, más que el compromiso y una buena relación personal. A las siempre temidas lesiones, le tenemos que añadir periodos de exámenes, cansancio físico y mental, y entrenos a las 22:00, después de llevar más de 15 horas despiert@s sin descanso. Entender esto, y conseguir que el equipo rinda, es de los retos más importantes del entrenador, bajo mi punto de vista.
Toma oxímoron!
A todos los problemas del entrenador amateur, se le suma el hecho de que tenemos que hacer jugar bien al equipo, ya no por un tema contractual, sino por mera ambición personal. Con pocas horas de pista, con malas condiciones, y con un tiempo limitado para preparar las sesiones, es indespensable simplificar y optimizar el tiempo.
En estos últimos años, he estado persiguiendo precisamente esto. Tratar de hacerlo simple sin perder calidad.
A medida que he ido analizando y aprendiendo de los entrenadores con los que he coincidido y he podido hablar, me ha sorprendido su excelente control de las situaciones, y tranquilidad ante las problemáticas que se generan durante una temporada. Todos ellos tenían un plan, y si no lo tenían, descansaban en sus casas, y el día siguiente, tras un breve periodo de reflexión, venían con la solución en mente.
Cansado de copiar (y adaptar a mi contexto) de los demás, pensé que debía coger una pizarra, y vomitar ahí mis ideas sobre gestión de un equipo. Quería hacer algo diferente. Algo que me dejara más tranquilo y que me ayudara a tenerlo todo centralizado. Un método evaluativo, que me permitiese ver en cada momento, después de cada entreno o partido, si estábamos yendo por buen camino, o si era necesario resolver algún aspecto en concreto.
Para mí, simplificar es saber detectar los errores en menos tiempo, y focalizar toda la atención en lo que en aquel momento creo importante.
¿Pero cómo detectamos aquello que es realmente importante para la mejora general?
Quizás en algún momento de la temporada, como entrenador@ sientes que tienes que hacer algo para mejorar a tu equipo, pero no sabes por dónde empezar. Te has formado, sabes de muchos ámbitos, pero no encuentras los fallos concretos en tu equipo. También puede pasarte todo lo contrario, y ver que tu equipo tiene muchos defectos y necesitas cambiarlo todo, pero ¿por dónde empezamos?
Ambas situaciones son habituales. Vamos a tratar de solucionarlo.
Para mí, la clave de cualquier evaluación, reside en el análisis, la recogida de información, y la generación de conclusiones. Evidentemente, a más conocimiento por parte del entrenador, mejores conclusiones; y a más talento por parte de los jugadores, más fácil será que los cambios implementados surjan efecto.
Antes de nada, creo fervientemente en el aprendizaje entre iguales y en la compartición de objetivos. Mi forma de gestionar equipos no es piramidal, sino horizontal. La diferencia es simple:
En una estructura piramidal, el entrenador está por encima de sus jugadores a nivel de rango. Él es el encargado de liderar el equipo en todas las facetas y momentos de la temporada. El equipo gira entorno de las figuras de jugadores y entrenador.
En una estructura de equipo horizontal, el entrenador y los jugadores comparten objetivos, y el equipo siempre está por encima de ambos.
Teniendo clara la estructura horizontal, vamos a trazar unos pilares, para hacer crecer a nuestro equipo. Si los pilares se tambalean, el edificio se cae.
Si los jugador@s no tienen los pilares bien edificados, hacen que el equipo no tenga equilibrio. Si los pilares del entrenador no han sido bien construidos, la integridad del equipo se verá amenazada.
El trabajo evaluativo del entrenador, será ir reforzando estos pilares, para que el equipo sea lo más sólido posible. Si en algún momento ve que el edificio se derrumba, solo tendrá que repasar que todos los pilares estén bien fijados.
Aquí os dejo mi propuesta de pilares, en un equipo gestionado horizontalmente:
Vamos a definirlo un poco por encima. Primero de todo, para que mis equipos rindan, necesito este tipo de jugadores:
Que saquen ventaja a partir del gesto técnico
Que sean inteligentes tácticamente y sean capaces de pensar en la pista
Que sigan los hábitos de equipo marcados dentro y fuera de la pista
Que sus condiciones físicas les permitan rendir en el partido
Que compartan sus emociones para tener más información sobre su estado anímico
Como entrenador necesito:
Preparación rigurosa de las sesiones de entrenamiento y plan de partido
Tejer un estilo de juego con la que mis jugadores y yo nos identifiquemos
Estar preparado para tomar decisiones en partidos y entrenos (habilidad directiva)
Controlar las relaciones con la gente que rodea al equipo (ayudantes, directiva, padres…) y eliminar posibles amenazas
Sobreponerme al fracaso, ser ambicioso y no frustrarme (Gestión emocional)
Junto a los jugadores, tenemos unas tareas compartidas para que el equipo funcione:
Anotar. El entrenador propone, los jugadores ejecutan*
No recibir. El entrenador propone, los jugadores ejecutan*
Estrategia. El entrenador diseña un plan. Los jugadores lo aplican*
Nivel de dureza. El entrenador exige. Los jugadores aprietan
Complicidad. Entrenador y jugadores velan por el buen clima relacional del equipo.
(*) El entrenador propone, pero los jugadores son los que están en pista. Pienso que como entrenador también es bueno abrirse, escuchar y dejar hablar a los jugadores, que son los que lo viven de más cerca.
Tenemos un problema. Nuestro equipo está sufriendo en algún aspecto. Vamos a tratar de detectarlo. Es tan sencillo como centrar la atención en los diferentes pilares para encontrar la solución.
Jugadores:
Técnicamente, ¿nuestro equipo está por encima o por debajo de la media de nuestra competición? ¿Son capaces de botar, pasar o tirar, con unos recursos técnicos que les hagan sacar ventaja en los partidos? ¿Qué jugadores necesitan más refuerzo? ¿Hay una diferencia muy grande entre niveles técnicos dentro de nuestro equipo?
Tácticamente, ¿nuestros jugadores son inteligentes en la pista? ¿Encuentran la mejor opción en un periodo reducido de tiempo? ¿Saben escoger el recurso técnico más adecuado a las distintas acciones de juego? ¿Proponemos tareas que fomenten un escenario de toma de decisión similar a la de partido? ¿Leen el partido (bonus, marcador, posesión, faltas rivales, missmatch…)?
A nivel de hábitos, ¿tenemos a jugador@s comprometidos? Dentro de la pista, ¿son excelentes en aquello que no requiere mucho talento? Fuera de la cancha, ¿comen y descansan bien?
Físicamente, ¿tienen unas capacidades condicionales por encima de la media de la competición? ¿pueden mejorar sus habilidades físicas, para tener un impacto aun más grande en los partidos? (quizás tenemos un problema de altura…)
Emocionalmente, ¿tenemos a todos los jugadores preparados para rendir? ¿algun@ de ellos tiene algún miedo o inseguridad en pista? ¿alguien lo está pasando mal por algún motivo concreto? Como equipo, ¿tenemos algún momento de desconexión que debamos poner remedio?
Entrenador:
A nivel de tareas, ¿me preparo las sesiones de forma estructurada y a consciencia?, ¿los jugador@s se sienten cómodos con los ejercicios que propongo? ¿hay ritmo en el entrenamiento? ¿los ejercicios tienen transferencia a mi estilo de juego?
¿Mi modelo de juego es efectivo? ¿Se adapta a las características técnicas y físicas del equipo que dirijo? ¿hay una sobrecarga de conceptos, o al contrario, es un juego demasiado vacío y falto de conceptos preestablecidos? ¿es algo muy diferente de lo que mis jugadores han visto anteriormente?
¿Me pongo nervioso en los partidos? ¿Soy lo suficientemente avispado como para anticiparme o reaccionar a una propuesta del rival? ¿Mis substituciones tienen coherencia? ¿Sigo un plan de partido y soy capaz de romperlo si es necesario?
Alrededor del equipo, ¿hay alguna amenaza que pueda hacer peligrar la harmonía entre miembros del mismo?
Personalmente, ¿qué importancia le doy a las decepciones, y cómo las traslado al equipo? ¿cómo reacciono cuando no nos salen las cosas? ¿soy un buen motivador? ¿el equipo confía en mis capacidades como entrenador? ¿poseo buenas habilidades comunicativas y expresión no verbal?
Equipo:
A nivel ofensivo, ¿tenemos acierto? ¿nuestro spacing es el correcto? ¿cómo es nuestro ritmo de ataque? ¿por qué perdemos los balones que perdemos? ¿tenemos una buena selección de tiro?
A nivel defensivo, ¿por dónde nos hace daño el rival? ¿sufrimos en la defensa de bloqueo directo/indirecto? ¿hay algún emparejamiento donde tenemos desventaja? ¿nuestra rotación defensiva está estructurada y funciona? ¿sufrimos en el balance defensivo? ¿nos cogen muchos rebotes ofensivos?
Estratégicamente, ¿funcionan nuestros sistemas? ¿conseguimos puntos desde líneas? ¿tenemos claras nuestras normas de transición ofensiva? ¿lo que pintamos en los tiempos muertos sale? ¿somos capaces de encontrar a nuestro jugador referencia?
Dureza. ¿nuestro equipo defiende al máximo el 1x1? ¿cuál es el nivel de contacto que imponemos al rival? ¿vamos al balón dividido? ¿conseguimos generar deflections en defensa?
Complicidad. ¿nuestros jugadores confían los unos con los otros? ¿cómo se dicen las cosas? ¿hay algún jugador muy alejado del equipo? ¿qué hacemos como entrenadores para mejorar el ambiente del equipo? ¿hay buen humor y se hacen bromas? ¿los entrenadores fomentamos el buen rollo?
Analizar el juego
Identificar el pilar afectado
Recopilar información
Generar una hipótesis / conclusión
Aplicar la mejora al equipo
Ahora que os he contado mi idea, es importante que sepáis destrozarla. Mis 15 pilares son mis 15 pilares, basados en mis experiencias previas y mi contexto diario.
Quizás alguien no crea en la complicidad, no dé importancia a la autogestión emocional como entrenador, o no le importe el nivel de dureza de su equipo. Quizás alguien me venga con solo 8 pilares, o otro necesite 33, o la estructura de gestión de equipo sea piramidal o vertical… En este artículo solo quería compartir una idea a la hace tiempo que doy vueltas.
Siempre se puede mejorar!
Muy bien definido y explicado los problemas que se tiene como entrenador.
Llevo año y medio entrenando en España. Me quede sin palabra cuando me dicen que en pleno invierno tengo que entrenar en el patio del colegio en unas canastas sin mantenimiento. Sin redes, desniveladas etc…..Hay un pabellón, donde si que algunas veces a la semana podemos entrenar. El pabellón es bastante nuevo. Eso si, el suelo del pabellón está muy deteriorado. Una de las canastas que se podría subir y bajar, hay que hacer una fuerza descomunal para que suba. Es decir mantenimiento cero. A mi pregunta porque? La respuesta es que el ayuntamiento no tiene dinero para mejorar las instalaciones. Pero para el 2022 el gobierno del Ayuntamiento al parecer se suben el sueldo un 2%.
He estado entrenando muchos años en Suiza.
Aya todos los colegios tienen uno o varios pabellones para entrenar. Los Ayuntamientos grandes tienen sus polideportivos. Mantenimiento total. Claro Ali hay civismo, acá no. En Suiza quien rompe algo de la comunidad lo paga. Así está determinante prohibido entrar con los zapatos de la calle en los pabellones. Aquí no.
En España los entrenadores tienen una formación muy profesional. En Suiza no y eso que en Suiza la formación va a cargo del gobierno. Nunca tuve que pagar ni un centavo por mi formación como entrenador en aquel País. Aquí es todo con dinero del bolsillo de uno mismo.
España y sus ciudadanos podrían ser mejor.
Normalment m'encanten els teus articles perquè són molt realistes, no vens fum i això és d'agrair. Sobre les dificultats dels entrenadors amateurs comparteixo 100%. Però per arribar a extreure conclusions respecte els pilars que proposes, que em semblen molt convenients, cal una debilitat més dels entrenadors amateurs: que estan sols, a la banqueta, als entrenaments, que no tenim dades objectives per treure conclusions i així és molt difícil treballar objectivament i no des de la percepció només personal el camí dels i les nostres jugadores. Penso que en molts clubs no sóm honestos amb els jugadors/usuaris/clients perquè no donem una formació addient a les quotes que els fem pagar. Però també això vé donat pel tantmenfotisme dels propis pares que no assumeixen la seva part de responsabilitat a l'hora d'assumir-ne en la direcció del club...